Los Sindicatos de las Américas tienen una propuesta regional para un desarrollo sustentable: derechos laborales, económicos, sociales, ambientales y mucha democracia.
Lanzamiento de la PLADA en Santiago de Chile - La CGT RA participó del acto
¿Hacia dónde quieren avanzar los trabajadores y trabajadoras de la región? ¿Cuál es su propuesta para la región en un medio y largo plazo? La PLADA ha querido dar respuestas a estas preguntas y se ha dotado en estos dos últimos años de un plan construido colectivamente desde el movimiento sindical junto con movimientos aliados.
La PLADA desgrana propuestas para profundizar la democracia en las sociedades del continente, para una amplia reforma económica que distribuya efectivamente los ingresos y tenga un carácter regional, para la construcción de sociedades que pongan en su mismo centro el trabajo decente.
¿Cuáles son los principales acuerdos en relación al medio ambiente? La verdad es que son numerosos y muy importantes para la región: una fuerte demanda por una mejor fiscalización y control del Estado de los impactos ambientales de las empresas, oposición frontal a un desarrollo agroalimentario basado en los transgénicos y agrotóxicos y una opción por preservación de suelos y de la salud de los trabajadores agrícolas.
La PLADA aboga por un modelo energético con una matriz sostenible basado en tecnologías limpias, renovables y de bajas emisiones de gases de efecto invernadero. El sector energético además necesita democratizarse profundamente, universalizar el acceso a la energía, y asegurar la soberanía y la participación de las comunidades en los procesos de licitación y aprobación de proyectos.
La revolución del transporte pasa por acercar viviendas y puestos de trabajo, producción y consumo. Un transporte público de excelencia con tecnologías limpias y el desarrollo de planes de movilidad colectiva con participación sindical son algunas apuestas de la Plataforma.
Las organizaciones sindicales americanas llaman a que los países pongan en práctica estrategias contra el cambio climático y promuevan la reconversión y la transición de los sectores de la economía que más contaminan el medio ambiente. A nivel internacional exhorta a los Estados con mayor responsabilidad histórica a que la asuman de inmediato.
Los trabajadores quieren unirse a campesinos y campesinas y comunidades indígenas para promover un equilibrio socio-ambiental y una transición justa. Tal como explica Rafael Freire, Secretario de Política Económica y Desarrollo Sustentable de la CSA, "hacemos una opción radical por la democracia con el fin de trascender de la democracia representativa a una democracia participativa como elemento fundamental del desarrollo. Superar la lógica predatoria del capitalismo neoliberal y establecer un modelo económico donde la producción y el trabajo, la distribución del ingreso y la seguridad alimentaria, entre otros componentes, sean el centro de este nuevo modelo".
La democratización es clave. Michelle Bachelet, en la apertura de la presentación, también destacó que "ya no basta con que pequeños grupos dentro de cada Estado tomen las decisiones de conducción que atañen a las ciudadanas y ciudadanos. Es necesario que la toma de decisiones se amplíe, que la participación aumente y que los ciudadanos no sólo demuestren su adhesión a un proyecto político con un voto, sino también con su voz, haciéndose parte de las soluciones" � CSA-
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