OBJETIVOS DEL EMTD EN MATERIA DE RESPONSABILIDAD SOCIAL
RESPONSABILIDAD SOCIAL Y SINDICALISMO
La responsabilidad social ha sido inicialmente una fuente de inquietud en el sindicalismo, en particular, por la ausencia de una noción consensuada por todos sobre el significado y alcance de la RSE, y por la participación de las ONGs en ámbitos que hasta la fecha eran considerados propios de los actores del proceso productivo. Luego de algunos años de trabajar con este nuevo paradigma, estamos en condiciones de afirmar que la Responsabilidad Social constituye para algunos países con legislaciones laborales y medioambientales de vigencia y cumplimiento estricto, un factor que coopera a un diálogo social más fecundo y con temáticas de suma importancia, tales como las ambientales y los derechos humanos. Sin embargo, en aquellos países donde las normativas son débiles, donde prevalece la evasión y la elusión regulatoria, la responsabilidad social es tomada por algunas empresas inescrupulosas como herramientas para eludir sus compromisos primarios. Es en ese intersticio donde la RSE se confunde con la filantropía y las regulaciones normativas se confunden con el carácter voluntario de la RSE. El mayor obstáculo para una RSE transparente está dado por la estrecha relación de la economía global y la primacía de los bienes intangibles. En efecto, la imagen en esta posmodernidad constituye el activo más importante para una empresa, y por tanto, la certificación de una buena imagen corporativa se puede vender y comprar en cualquier tienda. Uno de los más importantes académicos del Cono Sur sintetizó el proceso de la ISO 26.000 de Responsabilidad Social con lucidez inigualable: “las reglas del mercado, generaron un mercado de reglas y ello hace que algunos empleadores recurran a organismos privados a comprar reglas”
La RSE ha sido denominada como la contribución de las empresas al desarrollo sostenible, que consta de tres pilares: la dimensión social, la medioambiental y la económica. Sin embargo, no existe un pleno acuerdo global sobre qué es lo que contribuye al desarrollo sostenible. Aunque tanto la dimensión del medio ambiente como la económica del desarrollo sostenible son generalmente comprendidas y aceptadas, no existe un acuerdo común respecto a lo que se entiende por “dimensión social”. Más aún cuando, la RSE se suele plasmar en informes unilaterales de las empresas, los cuales suelen carecer de criterios pluralistas y democráticos.
En muchas oportunidades, las empresas divulgan información voluntariamente sobre sus resultados o desempeño no financieros con la intención de evitar la imposición de una reglamentación, pero ello no puede definirse como una verdadera “dimensión social”. Los sindicatos deben velar para que se explique de forma apropiada en el informe cómo se han equilibrado las opiniones divergentes y cómo se ha dado prioridad a los diversos intereses a la hora de elaborar la memoria o informe. La función sindical consiste en interrogar a las empresas cuando éstas den prioridad a intereses que carecen de fundamento jurídico nacional o internacional por encima de aquellos que sí lo tienen.
Los sindicatos deben cerciorarse de que el informe cubra los temas que son importantes, incluidas las relaciones laborales, la negociación colectiva, los impactos sociales y ambientales de sus inversiones, el cumplimiento de la normativa por parte de su cadena de proveedores y subcontratistas, y muy en particular los sindicatos deberán exigir a las empresas que informen sobre las tendencias negativas de su desempeño así como los resultados desfavorables, y no solamente los “éxitos” conseguidos.
Los sindicatos seguiremos participando activamente para que una verdadera responsabilidad social se instale como comportamiento sistemático en todas las organizaciones, porque su realización es un escalón más para lograr una sociedad más justa e igualitaria.