Confederación Sindical Internacional (CSI)
Con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, celebrado el 21 de marzo, el movimiento sindical mundial declara que sin justicia racial no hay democracia
En el marco de la campaña “Por la Democracia”, las organizaciones afiliadas a la CSI se están movilizando en todo el mundo en contra del creciente autoritarismo y a favor de más democracia en el trabajo, en la sociedad y en las instituciones internacionales.
Sabemos que los movimientos de extrema derecha, e incluso determinados empleadores, recurren a menudo a la división de las personas en función de su origen étnico, religión, clase o estatus migratorio para reprimir los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
Una democracia sana implica la participación de todas las personas. El racismo estructural, la violencia y la intimidación impiden cada vez más a las personas racializadas participar en los debates sociales y demás procesos democráticos, como consecuencia de lo cual las comunidades salen perdiendo y la democracia se resiente.
Los trabajadores y las trabajadoras racializados también se enfrentan a la discriminación en el trabajo, donde existen desigualdades en la contratación, los ascensos, los salarios, la protección social y la salud y seguridad. Sindicatos de todo el mundo se están organizando y negociando colectivamente para luchar contra el racismo en el trabajo, así como para sensibilizar a sus miembros y combatir la propaganda racista en la sociedad.
Unidos en la lucha contra todas las formas de discriminación, en particular contra el rechazo a los inmigrantes y a los refugiados, sindicatos de todo el mundo están reclamando un Nuevo Contrato Social que garantice empleo, derechos, salarios justos, protección social universal, igualdad e inclusión para todos los trabajadores y todas las trabajadoras sin excepción.